viernes, 27 de febrero de 2009

MOVIMIENTOS FEMINISTAS:
Reivindicaban:
a. El derecho al voto.
b. Derecho a la educación (secundaria y universitaria).
c. Derecho a trabajar fuera del hogar.
d. Derecho a ejercer profesiones liberales.
e. La misma consideración que el hombre.
No todos los sectores aceptaron o reivindicaron estos peticiones. La Iglesia será el freno más importante, ya que también se pidió la libertad sexual que la Iglesia creía iba contra el matrimonio. La tradición será también un fuerte obstáculo.
De todas maneras, la mujer dentro del hogar buscará estrategias para poder liberarse: por ejemplo, dirigir la economía familiar.
BREVE INTRODUCCION:
La mujer no aparece en la Historia, es invisible. A pesar de esto es un agente de la Historia. En ocasiones nos aparecen el nombre de mujeres cuyas actividades están muy ligadas a la de los hombres, o porque su importancia es muy grande. reinas, escritoras...
Hay que esperar hasta los años 60 e incluso a años cercanos, para encontrarnos con referencias sobre las mujeres. ¿Por qué no aparece la mujer?. Los temas sobre la mujer han sido sólo desarrollados en lugares alejados de la Universidad por mujeres militantes, no científicas.
De todas formas hay que señalar que a la hora de hacer historia sobre la mujer se ha realizado con un fuerte carácter victimista (marginación, falta de educa­ción...). A finales del XIX comienza a surgir un tímido movimiento de emancipa­ción que lucha por la independencia de la mujer, por su acceso a puestos de trabajo, por conseguir mejor educación. Aunque los logros en un principio fueron pequeños, lograron incidir en diversos campos.

YouTube - las mujeres del tiempo

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Mujer del s.XIX


La enseñanza del siglo XIX, muy influenciada aún por la Iglesia a todos los niveles, sigue contemplando a la mujer en un papel secundario. La Iglesia católica tenía un concepto funcional de la mujer. Obedecía a su papel cohesionador al interior de la familia.
El prototipo más frecuente fue el de perfecta casada, reina del hogar, piadosa, buena madre y buena esposa. Este concepto correspondía a un discurso ideológico sobre lo doméstico, y la Iglesia católica era su más agresivo portavoz.
La incorporación de la mujer al sistema educativo, según la Iglesia, era una forma de moldear en principios y valores cristianos al elemento cohesionador de la familia y el hogar. El acceso de la mujer al sistema educativo no buscaba, de ninguna manera, alterar la función social de la misma; buscaba fundamentalmente alfabetizarla y adiestrarla en algunos quehaceres domésticos para el mejor funcionamiento del hogar y de la familia. Su educación, en caso de haberla, debía ir orientada a su misión en la vida. Los textos legales hablan por sí solos, por lo que los usaré preferentemente para ver cual era el tratamiento que recibía la enseñanza femenina.